Si tu propósito para este año ha sido quererte un poco más y cuidarte, seguro que te has propuesto hacer algo de ejercicio.
Pero, ¿sabías que tanto, O MÁS IMPORTE, es lo que comes?
No podemos hacer un manual de nutrición que se adapte a todos, para ello consulta a un nutricionista profesional.
Pero si podemos dejarte algunos consejos para que empieces a cambiar hábitos en tus rutinas.
Primero de todo, deberías saber lo que ocurre cuando haces ejercicio. Y es que, para que podamos afrontar el día a día, necesitas energía.
Energía que obtenemos de los alimentos. Si además le sumamos que quieres hacer algo de ejercicio, lo que haremos será consumir más energía.
Hay tres familias de alimentos de las cuales obtenemos energía: proteínas (conforma los músculos, pero aporta poca energía), hidratos de carbono (energía rápida) y grasas (energía lenta).
Todos los alimentos contienen estas familias en cantidades variables. Y todas ellas son importantes en una dieta equilibrada.
El ejercicio demanda energía y, además, somete a los músculos a un trabajo que provoca que haya microlesiones en ellos.
Dependiendo del tipo de ejercicio que hagas utilizarás esa energía rápida (hidratos de carbono) o energía lenta (grasas).
Es por ello que tras el ejercicio, deberíamos restablecer nuestros niveles de energía y ayudar a recuperar esos daños del tejido muscular.
Existen diferentes formas de hacerlo por el gran abanico de posibilidades y formatos que se manejan actualmente, pero quédate con que tienes que tomar algo saludable que aporte hidratos de carbono (como una pieza de fruta o tostada de pan) y una fuente que te aporte proteína (un yogur o queso fresco batido).
Si además eres un poco creativo, podrás combinar ambas familias y hacer más apetecibles tus post-entrenos (smoothies o batidos de fruta, tostada de pavo).
No elijas opciones rápidas y poco saludables que te desvíen de tus objetivos.
Evita los productos ultraprocesados o que tengan grandes cantidades de azúcar. Acostúmbrate a leer las etiquetas de las cosas para conocer qué productos consumes, seguramente descubrirás que no son tan sanos como tu creías.
Recordarte que para una mejor recuperación y personalización, consulta con un profesional de la salud que valore tus necesidades y las ajuste a tus objetivos.
Deja tu comentario